En coedición con el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, CCCB"Muchas culturas: ésa es la realidad. Una sola humanidad es un destino, un propósito. Existe un tercer elemento entre la multiplicidad de culturas y la humanidad única: la frontera. Estamos obsesionados por las fronteras, a causa de la desesperanza de nuestras esperanzas, de nuestros intentos desesperados de dar con soluciones locales para problemas globales. Tales soluciones no existen. En nuestro mundo cada vez más globalizado hay política local sin poder, y poder global sin política. Sufrimos la incertidumbre, los miedos y las pesadillas que emanan de procesos sobre los que carecemos de control, de los que sólo tenemos un conocimiento muy parcial y que somos demasiado débiles para dominar."