La joven Mariana Enríquez, hija del Almirante de Castilla,
nació a mediados del siglo XVI en la casona familiar
de Medina de Rioseco, y allí fue educada entre los abrazos
de su madre, las atenciones de la servidumbre y la severidad
de su padre. Pero en el viejo palacio ya se insinúan las
promesas y amenazas que jalonarán su vida: el odio enfermizo
de su hermano Rodrigo, los libros prohibidos y los
conciliábulos de iluminados, y ese Nuevo Mundo entre la
realidad y la leyenda en el acabará hallando su destino.
El país de las mariposas no es sólo una novela sobre la colonización
de América, las persecuciones inquisitoriales o la
destrucción de los vestigios mayas por fray Diego de Landa;
ante todo es un relato sobre la tolerancia, sobre la curiosidad
y la admiración por otras culturas, y también sobre el
amor, porque como dijo Paracelso: «el que no conoce, no
ama».