«Tres sombreros de copa», comedia escrita en 1932, sorprende por la originalidad de una nueva concepción del teatro de humor, un humor amable, casi absurdo -antes de que se hablase de teatro del absurdo- y, sobre todo, denunciador de vulgaridades y comportamientos de la burguesía. Desgraciadamente, la sociedad española no lo entendió así y hasta 1952 no se estrenó esta verdadera joya de la literatura dramática contemporánea.