Exploración y evocación de aquellos episodios de la infancia, adolescencia y primera juventud que se convierten luego en nuestro pasado, en la parte primordial de nuestros recuerdos, esta novela de Soledad Puértolas da testimonio del margen de reserva personal ante los imperativos de los otros. En todo el proceso se mantiene el conflicto entre el mundo y el yo íntimo. El hilo conductor serán las relaciones de la protagonista -y narradora- con una familia de gran peso. Una ciudad con río y unas décadas de nuestra historia reciente son el telón de fondo de este retrato, donde los enigmas y claves del cielo nocturno cobran un fugaz sentido. Una novela en la que están presentes la elegancia de la escritura y la extrema sutileza, tan características de la autora. «Una descripción perfecta de la adolescencia y juventud» (R. Bofill, El Ciervo); «Una novela en la estela de Léxico familiar de Natalia Ginzburg, en la estela de las novelas de Anne Tyler. Cortes de la vida, donde es tan importante lo que se cuenta como lo que no se cuenta. Sin tramas, sin adornos. Con una luz oscura, que extrañamente ilumina» (Félix Romeo, Heraldo de Aragón).