Paul es todavía un niño y las vacaciones de verano acaban de comenzar; los conflictos matrimoniales de sus padres, el estallido de la Gran Guerra y las inquietudes económicas son vagos misterios en los que apenas repara.
Pero el otoño se insinúa como una sombra cada vez más cercana y, a medida que se aproxima, Paul se descubre «con ese extraño miedo en el corazón que se apodera de los niños cuando llegan el silencio y la oscuridad; el mundo les parece descomunal y ellos mismos se intuyen como un punto enigmáticamente vivo, muy pequeño en medio de ese gran silencio». Pronto, la pérdida y atisbos de un amor no correspondido acabarán por trasladarle al peligroso mundo de los adultos.