Tras el éxito cosechado con El libro de los conejitos suicidas y El regreso de los conejitos
suicidas, Andy Riley dirige su irreverente sentido del humor hacia los niños y a las mentiras
que inventan los adultos para mantenerlos quietecitos y evitar que estorben demasiado.
Las mentiras que propone Andy Riley van desde las simplemente falaces hasta las realmente
crueles: "Cuando cambias de canal en la televisión el presentador que estabas viendo muere
al instante", "Si alguien te firma en la escayola del brazo la tinta la atravesará y te tatuará el
brazo", "Los pingüinos sólo fingen que no saben volar. Si tiras a uno desde un rascacielos lo
comprobarás por ti mismo", "Sí, Narnia está ahí dentro. Sólo tienes que seguir mirando otra
media hora". El autor también resuelve algunas dudas realmente importantes como ¿Cuál es
el auténtico aspecto de Dios? o ¿Qué pasa si le ponen tu nombre a un huracán?
Cada página es un auténtico cuento chino con el que embaucar a los niños y divertir a los
adultos de todas clases.