Los pueblos de Bretaña llevan años disfrutando de la paz y la prosperidad gracias al buen gobierno del rey Artor y la alianza de las tribus pactada en la Unión de Reyes. Frente al despotismo de su predecesor, Uter Pandragón, Artor gobierna con enorme sentido del deber, con honor y buen hacer. Pero el rey envejece, y a su alrededor empieza a sembrarse la semilla del descontento. Los paganos, en su afán por eliminar las creencias cristianas del territorio, expulsan de sus tierras a sus seguidores. Pero necesitan un símbolo que los legitime y que sirva de vínculo, que una a todos los que no confían en Artor para formar un grupo invencible. La traición llevará a que corran nuevamente ríos de sangre.