México Distrito Federal, con veinte millones de personas, es un escenario en donde las vidas de sus habitantes se entrecruzan constantemente en un viaje a veces inverosímil al encuentro con su propio destino.
Un inicio explosivo, que no dará tregua al lector durante toda la novela, en la que las luces de patrullas y sirenas de ambulancias golpean la mirada que se asoma al bullicio en una tarde con tráfico en la ciudad de México, mientras una adolescente agoniza sobre el asfalto con un disparo fatal en el pecho, un padre que busca revivirla y que tendrá que atravesar su particular travesía en su vano intento por lograrlo, y un par de jóvenes a los que secuestran por accidente los mismos criminales culpables del asesinato.
Entre todos se dibuja un itinerario soberbio de casualidades, afectos y ultrajes que van más allá de cada gesto. En el interior de cada uno de ellos fluye la misma vida líquida y desesperada, con sus miserias y contradicciones, pero también corre el amor y la ternura que todo lo abarcan en una urbe desmesurada, un territorio de exploración humana cuyos límites exceden la extraña geografía del alma.