James es en sus novelas como los mejores críticos franceses a la hora de mantener un punto de vista, una posición desde donde ver que no se ve afectada por ideas parásitas. Es el hombre más inteligente de su generación. T. S. Eliot
Un joven crítico y editor fascinado con la obra del difunto poeta Jeffrey Aspern se entera de que Juliana Bordereau, una de sus musas, vive aún, anciana y aislada, en un palazzo veneciano. Convencido de que conserva cartas y material inédito del poeta, se acerca a ella camuflando sus intenciones y consigue que lo acepte como inquilino. El joven se introduce entonces en un mundo agónico y fantasmagórico, volcado exclusivamente en el recuerdo, que la orgullosa anciana habita con la única compañía de una sobrina suya, una mujer ya madura que no parece haber conocido otra cosa que la reclusión y el legado de un esplendor desaparecido. Los papeles de Aspern (1888) es, junto con Otra vuelta de tuerca, quizá la nouvelle más famosa y emblemática de Henry James.