En la bibliografía española, hay pocos libros sobre Misia Sert, a pesar de que sus memorias, aparecidas hace años, son básicas para entender el arte de finales del siglo XIX y principios del XX.
La de Misia fue una vida poco corriente, tanto por los hombres a los que amó como por, y sobre todo, los artistas a los que protegió e inspiró. Considerada uno de los símbolos del París del la Belle Epoque, se codeó con genios como Debussy, Renoir, Toulouse-Lautrec, Valéry, Mallarmé y un largo etcétera. El propio Proust la tomó de modelo para crear algunos de los personajes femeninos de En busca del tiempo perdido, y a ella se debe, en gran modo, la extraordinaria eclosión de los Ballets Rusos de Serge Diaghilev.
Esta completa biografía reúne dos requisitos únicos que la hacen muy especial: la rigurosidad con que la autora maneja numerosas fuentes documentales, y el color, el sabor, el aroma y la música que respiran sus páginas, reflejo de la novelesca vida de Misia, cuya peripecia empieza con su nacimiento, su aristocrática y rocambolesca familia, los continuos cambios de residencia y su precoz iniciación al arte.
La obra también nos cuenta sus tres matrimonios, especialmente con el pintor Josep Maria Sert, y el trágico ménage à trois en que derivó su relación.
Una vida apasionada, una biografía apasionante.