“Cuando era pequeño, vivía en una mansión enorme, en el corazón de un bosque mágico... Era guapo, tenía muchos amigos y era rico e inteligente.”
¿Una infancia ideal? Sí, pero la gran mansión en realidad es un cuchitril en un barrio miserable; el bosque mágico, un bosque de chimeneas que vomitan humo nauseabundo... y el niño en cuestión, no es más que un ser desgraciado, solo, pobre y estúpido...
Pero al crecer, las cosas cambiaron: los títulos, el dinero, el amor, la paternidad, el éxito social, los eventos sociales, el poder han transformado a nuestro héroe. Y así fracasó en la vida... ¡cuando llegó el éxito!
Esta cínica fábula juega con la contradicción constante entre el texto y la imagen. El texto idealiza una infancia triste, mientras las imágenes muestran una realidad sórdida. Y luego el texto denigra el éxito de una edad adulta que las ilustraciones idealizan.
Al final, nos encontramos con el héroe anciano, encorvado con cariño sobre su peluche infantil, como si regresara la infancia, como si lamentara haber perdido algo esencial... ¿Qué es el éxito? ¿Qué es el fracaso? No es tan sencillo.