Como tantas otras noches, Lucía no puede conciliar el sueño. En París llueve sin cesar y la lluvia transporta a la protagonista a una nostalgia que la lleva a reconstruir su pasado. Es así como, tras contemplar a su marido Alejandro, a quien le diagnosticaron Alzheimer, considera que tiene suerte por recordar sus raíces.
Sin poder dormir, Lucía indaga en sus recuerdos. Asume su pasado con dignidad. Un pasado nada fácil, cuya infancia fue marcada aquel fatídico 31 de mayo de 1938, cuando su ciudad, Granollers, fue bombardeada durante la Guerra Civil Española. A consecuencia de aquel infame bombardeo, perdió a sus padres, quedando al amparo de su madrina Felipa.
Y así, Lucía, logra salir adelante pese a las circunstancias trágicas que han marcado su vida.