La irradiación del humanismo desde Italia al resto de Europa gestó el Renacimiento, una época que alumbró nuevas tendencias en el arte, la literatura y la música. Se impuso la monarquía autoritaria como forma de gobierno, y Occidente fue testigo de los viajes transoceánicos, el ascenso de la burguesía y el florecimiento de las ciudades. Al mismo tiempo, la Reforma de Lutero terminó por dividir la cristiandad y dio lugar a interminables guerras de religión.