Los hechos que se refieren en la obra son los siguientes: el viejo don Diego tiene un sobrino, don Carlos, valeroso donde los haya, que en una de sus temporadas de permiso se ha enamorado de la joven doña Francisca y la ha enamorado a su vez. Ella está educándose en un convento de monjas, las cuales han aconsejado a su madre viuda, doña Irene, el matrimonio con el acaudalado don Diego, que anda buscando una esposa para que le acompañe en sus últimos años.Dado lo inminente de la boda, han sacado a doña Francisca del convento de Guadalajara para marchar todos hacia Madrid, aunque por necesidades de tiempo han tenido que parar a hacer noche en una posada de Alcalá. A la misma posada llegará casualmente don Carlos, alarmado por la desesperada carta de su novia, para descubrir que su rival es precisamente su tío; por eso decide regresar a su destino y dejar a su enamorada, en una muestra de acatamiento de la autoridad familiar. Antes de marcharse avisa a doña Francisca mediante una carta, que cae en poder de su tío por casualidad, viniendo este así a darse cuenta de la verdad que sospechaba.Don Diego manda llamar al joven, le hace confesar su amor y con su generosa renuncia posibilita el matrimonio de los jóvenes.