El argumento central de Abel Sánchez es el tema de la envidia, tema sobre el que ya Unamuno, en el esplendor de su gloria literaria, había meditado abundamentemente [...]En ese tema ve Unamuno el nervio de la conflictividad histórica y social que ha vivido nuestro país de forma continua y apasionada, aunque no deje de reflejar el fondo universal de la humana convivencia. [...] Esta envidia es expresión del conflicto exterior e interior que don Miguel vivió intensamente a lo largo de su existencia, conflicto que alcanza su máxima expresión simbólica y paradigmática en la guerra civil.