En el teatro romántico, la inverosimilitud no siempre debe ser juzgada como el resultado de un error o como una imperfección. Muchas veces, y concretamente en el caso de Don Álvaro, es la necesaria consecuencia de una concepción literaria rigurosamente meditada. En la base de esa concepción está la interpretación romántica y pesimista de la vida, en la que la fuerza del sino y los infortunios que persiguen a Don Álvaro simbolizan la orfandad espiritual del hombre. (...) La visión del mundo de muchos escritores románticos reconoce el fracaso de los valores absolutos aceptados previamente y de las líneas de pensamiento tradicionales. En Don Álvaro Rivas expresó memorablemente esa visión. Si bien evolucionó luego hacia el romanticismo histórico, su fama queda vinculada esencialmente a esta obra innovadora e inconformista