Podemos estar seguros de que se trata de algo más que de un pasatiempo o desahogo del anciano Cervantes, de una intrascendente evasión. Pues si en parte es esto último, lo es porque la evasión, como la inverosimilitud, fueron anhelos centrales del espíritu cervantino.(...)El viaje no es nada más y nada menos que el testamento poético de Cervantes, que lo escribió pensandocantar con voz tan entonada y viva,que piensen que soy cisne y que me muero.(De la Introducción de Vicente Gaos)