En el mundo siempre ha habido relaciones perfectas, verdaderas, profundas, satisfactorias y excitantes, pero han sido sumamente raras y de corta duración, por lo general.
En la literatura romántica se nos presentaban unas relaciones ideales y anheladas, intensas y espontáneas, que vencían todos los obstáculos iniciales y que acababan siempre de una de las dos maneras posibles: o bien morían los dos amantes en la cúspide de su pasión (Tristán e Isolda, Romeo y Julieta, Elvira Madigan), conservando e inmortalizando así la intensidad de su compromiso, o bien ?vivían felices y comían perdices?, frase con la que terminaba el relato para no aburrir al lector con los detalles mundanos y las repetitivas circunstancias cotidianas de la vida matrimonial.
Tales eran los modelos que se le presentaban a casi todo el mundo al hacerse mayor. Nos impedían ver cómo funcionaban verdaderamente las relaciones y los principios fundamentales del amor y la amistad. En los últimos veinte años, se ha asistido en Occidente a la ruptura de las antiguas pautas de pensamiento en relación con cómo deben ser las relaciones. Los divorcios han aumentado muchísimo y está claro que las antiguas costumbres ahora ya no son tan eficaces.
La revolución sexual se ha integrado en una nueva moralidad que aún carece de forma, pero que les proporciona a muchos una satisfacción verdadera. Es asombrosa la cantidad de estilos de vida distintos entre los que podemos optar. Sin embargo, las ideas que pueden hacer que controles tu propia vida y permitirte cambiar en tu experiencia todo aquello que no sea satisfactorio, son las verdades de la propia vida, y no son exclusivas de ningún estilo vivencial. Este libro trata de esas verdades y al comprenderlas, conocerás el modo de darle luz, libertad, fuerza y satisfacción real, por medio del amor, al tipo de relación que elijas.