El poema iba dirigido a cualquier hijo de vecino y por eso está escrito en román paladino. A este pueblo, que conocía y disfrutaba de los cantares de gesta, había que darle una obra que pudiera competir con esos cantares. Con los elementos que Grimaldo le suministra, Berceo trata de componer un poema sobre una figura religiosa que pueda parangonarse en grandeza con los héroes de los cantares de gesta. Por su perspectiva y su concepción del personaje, el poema de Berceo es en esencia un cantar de gesta a lo divino. Berceo es un poeta consciente de las corrientes literarias y los gustos de su tiempo. A pesar de que usa una misma forma de versificación en casi todas sus obras, él se siente trovador cuando canta a la Virgen y juglar cuando trata de Santo Domingo.