El proyecto de reunir por vez primera entre dos cubiertas la poesía lírica y la música de Juan del Encina fue concebido con varios fines: primero, presentar la personalidad artística de Encina de una manera más completa y equilibrada; segundo, ilustrar los papeles complementarios de la poesía y la música alrededor del año 1500; y, por último, dar al lector moderno una vislumbre de los entretenimientos cortesanos en la época de los Reyes Católicos.La talla de Encina como poeta y como músico ha sido reconocida desde hace mucho tiempo por especialistas en la literatura y en la música independientemente, pero la separación habitual de los dos aspectos de su obra ha retrasado el que se le reconozca como la última gran figura en la larga tradición europea de poetas-músicos.