La raya de tiza es la historia de unos jóvenes que habitan esa franja indeterminada -y provisional- en la que los últimos vestigios de su adolescencia (la vida con la familia, los estudios...) empiezan a desmoronarse ante una realidad cada vez más opaca y escurridiza. Es también la historia de algunas tentativas de adelantarse a ese desmoronamiento mediante estrategias sentimentales más o menos arriesgadas y, quizás, gratuitas. Y de cómo, con el tiempo, la ciudad provinciana en que viven, las novias y amigos, los libros y películas y hasta la Historia misma, que hace de fondo lejano, acaban revelando su condición de límites. De límites arbitrarios, borrosos, como trazados sin convicción por una mano que mueve una tiza sobre una pared.