En el mismo momento en que instruye al lector sobre la manera en que debe interpretar el libro, el autor le advierte que el lenguaje se presta siempre a diversas interpretaciones, y que elegir entre las posibles es la responsabilidad del lector; y Juan Ruiz se abstiene de una manera muy patente de indicar cuál puede ser la buena. Es un aviso: el lector debe tener en cuenta siempre que en cualquier momento el texto puede significar algo distinto de lo que él supone. (...)El mismo autor nos declara que el tema de su Libro es el amor (...) y en realidad, lo que se describe en el Libro es el amor sexual, a exclusión, casi, de otros aspectos de cupiditas, o el amor mundano.