Hábitos infantiles como sorberse los mocos o hurgarse la nariz pueden poner a los padres en más de un aprieto, provocándoles sentimientos de culpabilidad y obligándoles a preguntarse si realmente son el síntoma de que algo anda mal. Pero hay otro tipo de hábitos, igualmente parte inevitable de la vida cotidiana, que, aun siendo rutinas que se repiten día a día, también necesitan de una cierta educación: despertarse por la mañana, vestirse, comer, ir a la cama por la noche, etc. Partiendo de este dilema, el presente libro ayudará, a padres e hijos, a:
·Desarrollar y perfeccionar los buenos hábitos, como la limpieza, el orden, el sueño nocturno y las buenas maneras.
·Luchar contra los llamados “malos hábitos”, como las muecas, los gritos o las preguntas indiscretas.
·Impedir que la ausencia de unos y la excesiva presencia de otros puedan causar demasiadas preocupaciones.
El resultado es un libro que proporciona confianza y ayuda para que el niño sea capaz de mantener, por sí mismo, el equilibrio necesario en todos los aspectos de su comportamiento.