El peso falso no es una de las novelas más conocidas de Joseph Roth, pero sí está considerada como una de las mejores. Roth, exiliado en París, la escribe en 1937, un par de años antes de morir alcoholizado. Todo en El peso falso tiene un aire de fábula atemporal, de cuento judío ilustrado por Chagall, pero por debajo de su colorido poético hay en este relato una honda reflexión sobre la pasión y el amor y, también, sobre el precario destino de los humanos en manos de un Dios «bueno y cruel». Anselm Eibenschütz, su protagonista, que dejó a regañadientes el ejército imperial austríaco por imposición de su mujer, desempeña ahora el insípido puesto de inspector de pesas y medidas, pero su amor por la gitana Euphemia lo convertirá en un personaje inusitadamente romántico como el que más. Hasta que su amor le haga conocerse a sí mismo y hundirse lentamente en el abismo, Eibenschütz ejercerá competentemente sus funciones en una comarca perdida, en la frontera conRusia, habitada por falsarios, contrabandistas y desertores.