El autor define la incandescencia como una «luciérnaga insaciable», que «actúa como un fuego oculto», como una «soterrada inquietud».
Los diez relatos que componen el presente volumen comparten el mismo interés por definir, por apresar la hoguera soterrada de la incandescencia. Se parecen poco entre sí. No son variaciones sobre el mismo tema. En cada pieza, el lector encontrará la alta temperatura de unas llamas más o menos visibles, ardiendo en muy distintos ámbitos, en muy variadas situaciones.
La incandescencia chisporrotea a menudo en cualquier rincón de la vida cotidiana. Una joven novia que pretende reconciliarse, el regreso de una hermana levemente alocada, las alternativas de un verano, son ambientes, en apariencia inofensivos, donde es posible descubrir síntomas de ahogo, décimas de fiebre, un calor subterráneo que calienta como un sol abrasador.
La incandescencia brota también en relatos próximos a la ficción clásica. Al fondo de la saga familiar, vive la ruina esperando su momento. El director de orquesta comparte su éxito con el desconcierto. Entre las lechugas de unos poéticos verduleros, no es difícil detectar los gusanos de una angustia recóndita.
Pero es quizás en el trasfondo de historias que «parecen tratar de otra cosa», donde la incandescencia se manifiesta del modo más vigoroso e inquietante. En la reunión de adolescentes de hace treinta años, la cinefilia convive con la traición. A través de la charla nocturna entre una mamá y un chico de la colonia, brota una emoción incorrecta. El probo trabajador, que cumple a rajatabla, puede odiar furiosamente al vecino tullido. El relato que titula el libro presenta una sesuda universidad empeñada en descubrir cómo se comporta la misteriosa incandescencia. Aunque para ello sea preciso convertir en cobayas a sus víctimas, o depositarios.
Álvaro del Amo da un giro en su estilo, aplicando su mirada irónica, su capacidad de fabulación, y su empeño en asomarse al subsuelo que soporta precariamente cualquier vida, a zonas más próximas y reconocibles. Sin renunciar por ello a lo irrenunciable; el gozo, a veces caprichoso, de la invención; la voluntad de seducir al lector, guiándole por originales vericuetos; la afición por la utopía, como factor vital de la literatura.
En resumen, un excelente libro y una nueva sorpresa de «uno de los escritores más originales y mejor dotados de la reciente narrativa española», en palabras del crítico Ignacio Echevarría.