Septiembre de 1973. En Chile se desvanecen las esperanzas de quienes creían que por medios democráticos se podía cuestionar el orden de las cosas. Los cadáveres flotan sobre el río Mapocho, desaparecen ciudadanos, el Estadio Nacional se llena de detenidos. Las imágenes de las calles de Santiago, antes alegres y esperanzadas, son ahora estampa del terror. Los militares lo llenan todo, como un gas denso, letal. Detrás de la estampa de los generales crece el submundo de la tortura. Y es en esos sótanos donde surge de nuevo la esperanza, la ternura y la lucha. De la experiencia vivida nace el testimonio, el testimonio se hace novela, la novela libro... Palabra armada otra vez, que dispara, más allá de su tiempo, a todos los Pinochet que roban los sueños de los pueblos. Un duro y estremecedor testimonio sobre lo que significó el golpe militar dirigido por Pinochet. Su autor, militante comunista en sus orígenes, estuvo detenido en el Estadio Nacional, logró fugarse, se refugió en la embajada de Suecia y de allí viajó a Gran Bretaña, donde llegó pesando 36 kilos.