La Monarquía afrontó en el siglo XIX un proceso de adaptación al modelo constitucional, practicado éste por Inglaterra desde finales del xvii, se impuso de golpe en el continente a raíz de la Revolución Francesa, y España no fue una excepción. En El Rey, piloto sin brújula se parte de esa realidad político-constitucional para abordar el estudio del papel político del Rey en el período más largo y estable de nuestro liberalismo. Se analizan las razones de la dicotomía entre Monarquía Constitucional y Monarquía Parlamentaria, pero a la vez en esta obra se sienten palpitar las fuertes pulsaciones propias del momento de creación y crecimiento de todo un sistema político. Aparecen reflejados con nitidez los avatares de esta construcción y sus limitaciones, los afanes de regeneración política y la esperanza que se puso en la Monarquía. Para ésta había llegado, a finales de siglo, el momento de justificar su virtualidad dentro del liberalismo, mostrándose capaz de restaurar la política, del mismo modo que la política había restaurado la Monarquía en la persona de Alfonso XII.