Belgarath, Seda y Garion se dirigen hacia Mallorea, región donde se halla la Ciudad de las Tinieblas, así llamada porque el perverso dios Torak la destruyó y la cubrió con una perpetua nube negra. Entre las ruinas desmoranadas sólo queda en pie la base de una torre de hierro, la cripta donde Zedar vela el sueño de Torak. Durante el viaje, los compañeros han de superar un sinfín de dificultades, pero la más grave es su encuentro con los morinds, un pueblo de clanes nómadas que suelen matar a los extraños que atraviesan sus tierras. Belgarath sostiene un duelo mágico contra un morind.