Hasta hace muy poco tiempo, los adultos podían decir: «¿Sabes una cosa? Yo he sido joven y tú nunca has sido viejo». Pero los jóvenes de hoy pueden responder: «Tú nunca has sido joven en el mundo en el que soy joven yo, y jamás podrás serlo».
Hoy, súbitamente, en razón de que todos los pueblos del mundo forman parte de una red de intercomunicación con bases electrónicas, los jóvenes de todos los países comparten un tipo de experiencia que ninguno de sus mayores tuvo o tendrá jamás. A la inversa, la vieja generación nunca verá repetida en la vida de los jóvenes su propia experiencia singular de cambio emergente y escalonado. Esta ruptura entre generaciones es totalmente nueva: es planetaria y universal.
A pesar de los años transcurridos desde que la autora presentó estas reflexiones dentro del ciclo «Man and Nature», sus ideas son plenamente vigentes, y es más, nos afectan hoy más que nunca. Desde su larga y madura experiencia como antropóloga, Margaret Mead interroga aquí la esencia de la historia en tanto proceso de transmisión de saberes y valores. ¿Cuáles son los compromisos que hoy en día pueden asumir todavía las generaciones jóvenes con los legados del pasado? se pregunta la autora. Y este texto es una invitación y un desafio para reflexionar sobre el incierto e inquietante devenir de la humanidad.