A caballo entre el diario íntimo y la novela, el viaje sentimental, la autoficción y el ensayo, El mal de Montano, fascinante tapiz que se dispara en muchas direcciones, nos propone el triunfo de la literatura, la victoria sobre los enemigos de la cultura libresca, como si sólo a través de la literatura pudiéramos entrever una idea de supervivencia, alguna forma de salvación, cierta posibilidad de un sentido nuevo para la existencia propia.
Un narrador, que firma sus libros con el matrónimo de Rosario Girando, escribe un diario personal y un diccionario tímido de su vida y lleva tan lejos su mal de Montano, está tan enfermo de literatura que la ficción inicial (la creación de un personaje obsesionado por el porvenir de la literatura y dedicado a descifrar el arte de los diarios personales de sus escritores favoritos) acaba transformándose en una realidad cuando el autor decide convertirse en carne y hueso en la literatura misma, encarnarse en ella, transformarse en la memoria de la Biblioteca universal, entrar a formar parte de una sociedad secreta de conjurados contra los enemigos de lo literario. A partir de ese momento, Rosario Girando escribirá su diario como si de éste dependiera la suerte de la literatura, como si ese texto o tapiz mestizo abriera el presente a lo nuevo, a la libertad, y la literatura tuviera otra oportunidad.
El autor de Bartleby y compañía y El viaje vertical, sus dos últimas novelas, tan premiadas y elogiadas, nos brinda su más arriesgada propuesta narrativa, un regalo para todos los amantes de la gran literatura.