Es argentino, y se le nota en el deje, en esa forma de contar. Lleva afincado en España años, y en Madrid vive y regala sus ganas de hacer y su talento en garitos y en clases de Skype, o parte unos días a Ginebra, o desaparece en las faldas de Francia o se pierde contemplando el Cantábrico desde la orilla de Gijón...
Desde que Carlos Salem (Buenos Aires, 1959) decidió agarrar los bártulos de escritor, se ha labrado una carrera literaria firme, llena de personajes reconocibles, de esquinas oscuras, bares cargados de humo, de guiños humanos entre seres humanos que como tales se reconocen.
Yo también puedo escribir una jodida historia de amor va por su tercera edición. Envuelto en la leyenda del origen (¿quién dijo: "Tú no eres capaz de escribir una historia de amor"?), este libro azuza las ganas de descubrir la mente fértil y poblada de Salem.