Pocas atalayas como la redacción de un periódico para avistar el rumbo que la transformación estructural del sistema capitalista viene adoptando, pues los periódicos han sido quizá, por ahora, sus víctimas más notorias, vampirizadas por la última encarnación (digital) del capitalismo. Una vampirización cuyas consecuencias en el plano social y democrático son impredecibles pero, en cualquier caso, nada halagüeñas. En un momento en que la digitalización de una economía financiarizada hasta la médula se presenta como falsa solución a la crisis orgánica que padecemos todos, este lúcido ensayo postula también vías para evitar que quedemos apresados por esos dispositivos inteligentes que actualizan y administran eternamente el presente para aherrojar toda experiencia humana a los planes del capital global.