Siete animales se asoman en cada uno de estos libros de tela:
domésticos en Pequeños de casa, desde el conejo a la oveja, pasando por el perro y el gato; mientras que Pequeños salvajes reúne al oso, al zorro o al ciervo, entre otros. Todos los protagonistas son criaturas reconocibles, enmarcadas en trazos sencillos
y que destacan por su expresividad y su sonrisa, despertando
la ternura y la simpatía de los más pequeños.
La función de estos materiales, especialmente dirigidos
a pre-lectores, es iniciarles en la lectura de imágenes y estimularles
sensorialmente: la vista mediante la identificación de los animales
y sus características físicas; el tacto a través de los distintos tejidos, que invitan a acariciar las páginas; el oído, no solo con las texturas
que -desde el interior del libro- crujen con distintos sonidos
e intensidades, sino también con las palabras y los cantos
del mediador. Libros para sentir, favorecer la intercomunicación
con el bebé y, sobre todo, disfrutar.