Una de las novelas negras más influyentes de todos los tiempos, escrito por una leyenda del género. Obra emblemática del magnífico James Crumley y auténtico libro de cabecera del género negro, El último beso presenta al inolvidable C. W. Sughrue, un tipo de escasos escrúpulos que arrastra al lector hasta los rincones más escabrosos del Oeste norteamericano. Sughrue, detective privado de Meriwether (Montana) que pasa temporadas trabajando en un bar de alterne, es contratado un buen día para seguir la pista de Trahaerne, un escritor de best-sellers desaparecido, al que encuentra en un miserable antro de la Costa Oeste. Inmediatamente, recibe un nuevo encargo: hallar a Betty Sue Flowers, una enigmática joven de la que no se sabe nada desde hace diez años. Como la compañía le resulta bastante agradable, el detective lo embarca en un periplo delirante en el que, a medida que crece la fascinación de Sughrue por la chica, las infinitas ramificaciones del caso parecen burlarse de él. Despiadado y divertido a un tiempo, brillantemente traducido por Enrique de Hériz, El último beso es no sólo un viaje trepidante a las entrañas de la condición humana, sino también, y por encima de todo, un libro extraordinario que ha influido como pocos en los grandes renovadores de la novela negra norteamericana de los últimos años. La crítica ha dicho...
«Una obra de arte.»
Dennis Lehane «El último buen misterio.»
Rolling Stone «Lo que Raymond Chandler hizo por Los Ángeles, James Crumley lo hace por las carreteras del Oeste.»
Harper's Bazaar «La escritura de Crumley tiene la fuerza y el ritmo de una ametralladora.»
Time Out «Un maestro de la jerga estadounidense, como James Ellroy, que convierte el argot de un tipo duro de los bajos fondos en poesía.»
The Independent «El poeta laureado de la literatura norteamericana más dura, superior incluso a James Lee Burke en su pericia para combinar una melancolía extrema, una violencia espantosa y un intenso sentido del paisaje.»
The Guardian «Aclamados por la crítica, los libros de James Crumley, embebidos de alcohol y rebosantes de obscenidades y de una violencia que corta el aliento, trasladan a los curtidos detectives de la era de Raymond Chandler al amoral, completamente depravado y apocalíptico universo de la posguerra de Vietnam.»
The New York Times