Un poemario que habla de lo necesario de las despedidas y de la tristeza como acto natural. Un grito que se rebela ante la necesidad actual que nos han impuesto de la felicidad perpetua. «Cada uno de estos poemas es una lágrima. Pequeñas cápsulas redondas y saladas de versos que también se derraman, que brotan, que caen y se escapan de un ojo o a través de un lapicero sujeto por una mano temblorosa. Una mano que escribe y llora, y sabe que de la tristeza también nacen cosas, buenas o malas, pero frecuentemente bellas». La poeta Andrea Valbuena hace en estas páginas un alegato a favor de la tristeza como estado natural y necesario y del duelo como mercromina para el dolor, y nos invita a volver a dar valor a la palabra «lagrimacer» y al acto que denota. La palabra como rebelión y como espejo, llorar sin vergüenza para poder volver a reír. La crítica ha dicho...
«Empezó publicando en las redes y ahora es uno de los referentes de la nueva poesía.»
ABC «Escribe versos para las mujeres que necesitan recordarse, que son hermosas y eligen quererse a sí mismas antes que a cualquier persona.»
El Mundo