Con las Cartas eruditas y curiosas (cuyos tomos se publicaron entre 1742 y 1760) Feijoo prosigue la senda abierta con el Teatro crítico universal y sienta las bases del ensayismo ilustrado en España. El molde cambia, pues la epístola sustituye al discurso, pero tanto el cauce genérico, que él llamará «literatura mixta», como el designio, impugnar o reducir a dudosas varias opiniones comunes, se mantienen constantes. Con todo, las Cartas no son una mera continuación del Teatro, sino el renovado empeño de un autor por llegar a un público lo más numeroso posible; obra de senectud, recogen la experiencia de lo vivido sin perder la curiosidad por el aquí y el ahora, a pesar de la enfermedad y la sombra de la muerte. Francisco Uzcanga ha preparado una selección ampliamente representativa, acompañada de una rica anotación que desvela los contextos intelectuales de las piezas, y precedida de un estudio que atiende al devenir de la obra, su calado cultural y sus referentes europeos.