Corre el año 1176. En la campiña cercana a Legnano, los trescientos hombres de la Compañía del Carromato se oponen al avance del ejército del Sacro Romano Imperio, encabezado por el temible Federico I Barbarroja. Encabeza esta Compañía Rossano de Brescia, aguerrido soldado de fortuna que tiene una cuenta pendiente con Barbarroja, y que ve ahora la oportunidad de saldarla.
En esos tiempos tan heroicos como terribles, de enfrentamientos entre güelfos y gibelinos, entre el poder político y el espiritual que amenazan con sumir Italia en un nuevo período de barbarie, se mueven las vicisitudes de Rossano de Brescia, en busca de la propia venganza personal, pero también de Angelica Concesa, audaz condesita dispuesta a todo, incluso a armarse ella misma bajo las enseñas del Carromato con tal de permanecer junto a Rossano.
Una subyugante novela de guerra, de batallas y de muerte, pero también una perspicaz reinterpretación en clave épica de las gestas de Alberto de Giussano y de sus jinetes de la muerte, que consiguieron asestar un formidable golpe al Sacro Romano Imperio.
El contexto de esta novela es el trascendental enfrentamiento por el dominio del mundo entre el Pontificado, apoyado por lo güelfos, y el emperador del Sacro Imperio, respaldado por los gibelinos, que tuvo en Italia uno de sus escenario principales. Algunos de los héroes surgidos en estos enfrentamientos (particularmente Alberto da Giussano) o Barbarroja son personajes que actualmente vuelven a ser reivindicados como modelos, y sobre todo por tratarse de una época convulsa, trascendental y poco conocida, sin duda despertará la curiosidad de los lectores aficionados a la Edad Media europea.