la batalla de las Termópilas enfrentó en el 480 a.C. a los espartanos de Leónidas y sus aliados con el ingente ejército persa, reunido por el rey Jerjes con la intención de conquistar Grecia. Según las crónicas antiguas, sólo uno de los trescientos guerreros de Esparta logró sobrevivir; Aristodemo, que se retiró después de ser herido y que por este motivo fue despreciado por los ciudadanos hasta que tuvo la ocasión de expiar su desdicha.
300 guerreros cuenta, desde un punto de vista totalmente inédito -el del superviviente Aristodemo-, los pormenores de una batalla que ha pasado a la historia como ejemplo de resistencia a la tiranía y a la brutalidad, y en su relato revela las pasiones y las intrigas, la cruda violencia y el coraje de esta gesta legendaria.