¿Recuerdan las perturbaciones que padecieron algunos de nuestros vecinos? Es la prueba casi irrefutable de que el fluido magnético de los astros y el de la propia tierra, es semejante al que circula por los sistemas nerviosos y vasculares de los animales y de los seres humanos.
El 13 de octubre de 1792 un hecho insólito conmueve Barcelona: una aurora boreal tiñe el cielo de llamaradas multicolores.
El fenómeno celeste da la bienvenida a un grupo de viajeros procedentes de París.
Pere Oliveros, esperpéntico alcalde de barrio, teme que las ideas revolucionarias que se propagan desde Francia lleguen a filtrarse en Barcelona, pero la verdadera turbación llegará antes, desde ese cielo conmovido por llamaradas multicolores, y que algunos leen como augurio de trágicos acontecimientos. El magnetismo desatado por la aurora boreal será considerado el causante de las alteraciones anímicas y hasta de la muerte de una serie de ciudadanos. Mientras tanto, en los muros de piedra del hospital de la Santa Creu aparecerán curiosos grafitos en los que se describe la historia reciente de la ciudad: las revueltas del pan, los ahorcados en la explanada de la Ciutadella, las promesas de venganza...
En el salón del doctor Bardolet, un grupo heterogéneo de ilustrados (formado por un preceptor italiano, un relojero francés, una modista volteriana, una excéntrica ama de casa y una sirvienta analfabeta) intentan, cada uno a su manera, comprender y dar una respuesta no sólo a los fenómenos metafísicos sino también a los trágicos acontecimientos que tienen lugar.