Sabiduría, empatía y humor en una novela deliciosa acerca de la amistad, el amor, la ambición y el golpe que supone alcanzar la mediana edad y descubrir que nuestras pasiones nunca desaparecen, crecen junto con nosotros.
Elizabeth, Andrew y Zoe han sido amigos desde la época de la universidad, cuando formaban parte de una banda punk. Han seguido en contacto mientras se casaban y formaban familias, siempre intentando aferrarse a las identidades de su juventud. Pero nada envejece más que verse de pronto obligado a dar el relevo a tus propios vástagos...
En el pasado, durante el apogeo de la banda, Elizabeth acompañaba una sonrisa de un gruñido, Andrew se dejaba la melena hasta los hombros y Zoe era la lesbiana con la que querían acostarse todas las heterosexuales. Ahora, a punto de cumplir los cincuenta, todos viven en el mismo barrio, el ahora aburguesado Brooklyn.
La aparente tranquilidad de sus vidas se ve trastornada el verano en que sus hijos alcanzan la madurez (y empiezan a acostarse juntos), un tumultuoso proceso en el que salen a la luz secretos y revelaciones acerca de ellos mismos y del cuarto y más famoso miembro de la banda, cuya desaparición los marcó para siempre.