En una aldea de un rincón remoto de China vive Bingzai, un niño retrasado que apenas sabe hablar. Débil y vulnerable, recibe constantemente los insultos, burlas y palizas de todos los que le rodean, incluso el desprecio de su propia madre, que nunca llega a aceptarle.
La calma reina en esta población, pero inesperadas rencillas con la aldea vecina hacen que este pueblo, perdido en las montañas y en las viejas tradiciones, vea amenazado su futuro. Ante la posible irrupción de una guerra, la desesperación afecta a todos los habitantes, que sólo saben aferrarse a sus viejas leyendas y supersticiones. Bingzai, que siempre había sido el hazmerreír, nunca se podría imaginar que llegaría a convertirse en una especie de gurú para su aldea y que sus únicas palabras, «Pa pa pa», no le llevarían a encontrar a su padre pero ayudarían a cambiar el destino de su pueblo.
Han Shaogong eleva con esta pequeña historia su elegancia narrativa, equiparable a la de autores como Borges o Bolaño. Una vez más, un rincón olvidado de China vuelve a ser el eje de la historia de este sobresaliente autor.