Tooru vuelve al dojo a ver a Isuzu y se da cuenta, una vez más, de que la persona más importante para ella es Kyo. Decidida, piensa decirle lo que siente, pero este la interrumpe con algo inesperado. Mientras, la maldición de “los doce” se sigue debilitando y Akito se hunde con ella: al perder su poder, las tinieblas invaden su corazón.