Un político sin pelos en la lengua y un líder incombustible con más de sesenta años de trayectoria.
Fraga podía ser sorprendente: «Yo pude ser Fidel Castro.» No le importaba ser polémico: «El orgullo gay es un error social .» Y gastaba un verbo florido: «Las paridades son paridas.»
¿Quién no recuerda su célebre frase «La calle es mía.» o las palabras con que pasó a José María Aznar el testigo como líder del PP: «No hay tutelas ni tutías»? Y qué decir de su mítico eslogan para promover la industria turística, «Spain is different?»
El talento de Manuel Fraga para las frases lapidarias y las declaraciones controvertidas se mantuvo intacto desde sus tiempos como ministro de Franco hasta sus últimas apariciones públicas.