Humildad y compañerismo, insurrección y estrategia, hambre y lucha. Así era la vida partisana de entonces, antirretórica, antidramática, hogareña y familiar, aunque los pro- tagonistas viviesen en la clandestinidad y la muerte los rondase cada día. Estamos en Italia, cerca de Comacchio, durante la Segunda Guerra Mundial. Y esta estremecedo- ra y bellísima novela es una de las obras fundamentales sobre la Resistencia italiana. Está habitada por el personaje de Agnese, una mujer sencilla que el combate revelará fuerte y valiente. Esta lavandera lleva una vida sin historia hasta el día en que su marido, comunista, es deportado por los soldados alemanes. Acostumbrada al trabajo duro, se une entonces a los partisanos, a cuya lucha se dedica por completo. Al lado de Ag- nese y su grupo, atravesamos campos, puentes y lagunas, nos refugiamos en establos abandonados de madrugada, recogemos campamentos improvisados, escapamos a incendios, saqueos, interrogatorios y fusilamientos, para, al acabar el día, sentarnos a su mesa. No podemos dejar de seguir leyendo, pues nos adentramos en un viaje cada vez más profundo, valiente y tierno, que nos arrastra casi sin aliento hasta el nal y con- sigue que, a pesar de su título, mantengamos la esperanza página a página. Sin duda, Agnese vive en este libro.
Inspirada por la experiencia real de su autora, Agnese va a morir ganó el prestigioso Premio Viareggio y es hoy en día un clásico, a la altura de La historia, de Elsa Morante. Un vívido retrato de las experiencias de las mujeres, especialmente las del mundo rural, que de un día para otro se vieron expuestas a la primera línea de combate. Una obra imprescindible por su potencia y su autenticidad.