Este libro desarrolla una reflexión crítica sobre la experiencia universitaria asentada en cinco ideas básicas. Primero, reivindica la idea de la universidad como hogar de comunidades de gentes libres en busca de la verdad; una verdad que trata de ser omnicomprensiva y unitaria. Hoy más que nunca, en estos tiempos de la globalización y de sociedades obsesas por la utilidad práctica y desconcertadas por un debate interminable, se precisa volver a esa idea originaria. Segundo, esa mirada atrás invita a considerar la aventura universitaria a la luz de las experiencias arquetípicas de los ciudadanos y los nómadas: miembros de una ciudad y gentes inquietas y dispuestas a explorar nuevos horizontes; y este libro sugiere algunas narrativas históricas que ayuden en esa tarea. Tercero, el arraigo de esas comunidades y el impulso de esas aventuras requiere el fondo cultural de una sociedad civil (y en lo posible de una sociedad buena o que trata de serlo), y de un marco institucional flexible. Las mejores universidades americanas son una aproximación razonable a ese ideal; por ello son vistas hoy como una referencia mundial, y a su análisis (y al de sus límites) dedica este libro considerable atención. Cuarto, conviene contrastar luces y sombras, y por ello este ensayo analiza la experiencia de penumbra de la universidad española, y su núcleo, la relación entre profesores y estudiantes y la evolución de su carácter durante las últimas generaciones. Quinto, el libro enfatiza el papel de la ciencia en el desarrollo de la universidad, al tiempo que pone en guardia contra un discurso habitual de justificación de la ciencia demasiado ligado al mito de la nación avanzada, y contra una estrategia de planificación de la ciencia a la que opone otra "de abajo arriba" o, en palabras del autor, de "guerra de guerrillas".