Gustav Meyrink (Viena, 1868), hijo ilegítimo de la famosa actri
zMaría Meyer y el barón Karl von Varnbüler, acudió al colegio
en Múnich y Hamburgo, y cursó el bachillerato en Praga.
A partir de entonces su destino quedó unido a esta ciudad.
Sus peculiares aficiones, su turbulenta vida nocturna,
su magnética personalidad y un sentido del honor que le obligaba
a batirse continuamente en duelo, le convirtieron en el terror
de la burguesía praguense. Meyrink se consideraba clarividente
y practicaba el espiritismo. Adquirió gran dominio del cuerpo
y de la mente gracias al yoga, experimentó con drogas
y llegó a ser un consumado alquimista. Las obras de Meyrink,
entre las que se encuentra su inmortal novela El Golem,
parecen emerger de profundidades fuera del tiempo y gravitan
entre lo demoníaco, lo grotesco y lo sublime en la indagación
de enigmas que han fascinado a la mente humana
desde el origen de los tiempos.
El ángel de la ventana de occidente, última novela de Meyrink,
narra la fantástica historia de un hombre que, tras hacerse cargo
de los papeles de un primo difunto, comienza a tener pesadillas
y visiones sobre su antepasado, el enigmático John Dee,
célebre ocultista inglés que vivió entre 1527 y 1609.
Recibe entonces la visita de dos extraños personajes, el misterioso
Lipotin y la seductora Assja Chotokalungin, que le reclaman
la legendaria punta de lanza de Hoël Dhat, de la que él nada sabe.
La acción de la novela, que transcurre en Inglaterra, Polonia
y Praga, oscila entre lo real y lo onírico, y viaja desde los albores
del siglo XX al reinado de Isabel I. El relato pretende ilustrar la ley
del karma, así como exponer los fundamentos de la verdadera
alquimia: procurar al ser humano un vehículo inmortal
para lograr la resurrección de la carne.