La imagen del cuerpo funciona no sólo como un signo socio-cultural y económico, sino también como un vehículo que ayuda a fijar los roles de los géneros. No existe el cuerpo natural, inmutable y sin condicionamientos, sino más bien un código representacional dotado de significados ideológicos específicos a cada época y emplazamiento. La representación de la masculinidad se ha manifestado siempre con una actitud activa, demostrada o implícita, que le ayuda a controlar la sociedad y le aleja del papel pasivo y subordinado reservado a la mujer. Así, la figura del hombre viril se apoya en los conceptos de poder y moralidad social y se convierte en la medida de las costumbres culturales en las cuales ostenta el papel de creador, protagonista y espectador. Esa insistencia en la dureza y la solidez de la masa muscular está subrayando el carácter fálico del poder masculino y manifestando el clima de la inseguridad que el macho siente ante el desarrollo social de los movimientos feministas y queer. El libro ?Hombres de mármol? nace con el deseo de analizar, comprender y cuestionar esas figuras masculinas que aparecen en las obras de diferentes artistas y escritores, las cuales tienden a enfatizar la conexión entre fortaleza física, invulnerabilidad o firmeza con el grado de masculinidad, dominio o poder que manifiestan.