La crónica que, a modo de entrevista, narra las peripecias vitales de cada uno de los miembros de la compañía ? vertida, en orden cronológico, de modo similar al que vertebra el discurso de la última obra del colectivo, ?El Sentido de la Vida? ? permite contextualizar y conocer la génesis individual de tan temprana y compartida vocación dramatúrgica. Tan solo Graham Chapman, quién partiera ya hacia otro mundo de la mano del ?Grim Ripper?, se manifiesta en algunos pasajes de la obra desde el más allá, pero también, y sobretodo, a través de las voces de sus hermanos, y de su pareja. Resulta especialmente revelador el relato de sus primeros tientos profesionales, así como el de sus primeras incursiones en el mundo de la comedia televisiva ? época de la que, desgraciadamente, no se conserva nada, ya que la BBC tenía por costumbre regrabar las cintas de todos sus programas de comedia ?. Tan sólo de la mítica ?Flying Circus? se conservó copia los masters, siendo, en este caso, los propios integrantes de la compañía quienes tuvieron la brillante idea de piratearse a sí mismos mientras trabajaban para la BBC ? dado que, en esa época, los derechos de dichas producciones aun pertenecían al ente público ?. Desde sus primeras actuaciones universitarias hasta las últimas realizaciones cinematográficas, la autobiografía evoca de modo entrañable las tribulaciones y diversas vivencias que cristalizaron en la producción de una obra atemporal y que, sin duda, seguirá siendo objeto de culto por las generaciones venideras. Edición a cargo de: Ana Mata
La autobiografía de los Pythons, publicada en el Reino Unido a finales del 2003, es una hilarante y ciertamente imprescindible aproximación a la trayectoria artística y vital de todos los miembros de la célebre, inolvidable y sin par compañía cómica que sacudiera, desde mediados de los 60, las conciencias de millones de teleespectadores y aficionados al cine, al tiempo que introducía y popularizaba el legado humorístico de toda una generación de humoristas y comediantes británicos que, desde finales de la posguerra, irían conformando, a través de sus programas de radio ?como los Gooneys, con actores y comediantes como Peter Sellers, Dudley Moore y, más recientemente, en televisión, de la mano de otros tantos insoslayables coetáneos como Rowan Atkinson, en programas como «This is not the nine o?clock news» y muchas otras series?, lo que se convino en denominar, a modo de tópico, «humor británico».