Rabut sobrelleva una existencia en apariencia normal y Bernard es un borracho despreciado por todos sus parientes, pero ambos viven en el mismo pueblo francés y son excombatientes de la guerra de Argelia. Un episodio banal permitirá la entrada de un pasado infame y vergonzoso que ellos y muchos franceses preferirían olvidar. Hombres es la historia del silencio de unos veteranos ya sesentones que fueron testigos de la inhumana humanidad de uno y otro bando, del derramamiento de sangre inútil, y hoy prefieren ahogarse en su propia tragedia porque el horror es incomunicable. Una novela que conjuga el discurso intimista con el soliloquio nervioso, elíptico y fragmentario, reflejando el desorden interior de unos individuos torturados por las circunstancias personales e históricas en que están inmersos. Ha supuesto la consagración internacional de su autor y está en marcha su adaptación cinematográfica, que correrá a cargo de Patrice Chéreau. «Magnífico y revulsivo lamento colectivo, es un libro en el que hablan todos los que no encontraron nunca la paz» (Jérôme Garcin, Le Nouvel Observateur). «Mauvignier firma otra gran novela, de una potente factura y llena de comprensión humana» (Jean-Maurice de Montremy, Livres Hebdo). «Una excelente novela, la que se esperaba sobre la guerra de Argelia» (Nelly Kaprièlian, Les Inrockuptibles). «La guerra de la independencia de Argelia dejó heridas sin cicatrizar; de ello trata esta historia sobre unas vidas devoradas por la culpa… Una sobrecogedora historia amasada con las vísceras y la sangre de unas vidas arruinadas por la crueldad de aquella guerra de liberación… La magnitud del acierto de Mauvignier ante un asunto de tamaña envergadura, histórica y emocional, reside –como en la mayoría de las buenas ficciones– en el procedimiento elegido para entrar en lo más profundo de los personajes y conseguir desde el principio que la sensibilidad del lector se sienta implicada… Hombres es la transposición literaria de la tortura y el sufrimiento terminal que la irracionalidad humana, legitimada en nombre de los intereses de la patria, imprimen en unos jóvenes sencillos, ajenos a las grandes ideas, que sólo aspiraban a sacar adelante sus vidas vulgares… En ningún momento el relato pierde fuelle; lo que sabiamente se calla lleva el escalofrío al límite de lo soportable. El mérito es todo de Mauvignier» (Robert Saladrigas, La Vanguardia). «Magnífica y penetrante novela… Va a ir saliendo a luz el horror, toda aquella paralizante miseria humana que resulta incomunicable en la vida civil… Ese espeso silencio que ellos han ido guardando a lo largo de sus vidas es a la vez una metáfora del silencio oficial que cayó sobre aquel feo episodio histórico. Argelia sale por fin del armario en esta dura e hiriente novela» (Iñaki Ezkerra, El Correo Español). «Polifonía entrecortada por retales de verbos distintos que completan el panorama de vergüenza, de brutalidad, de infamia… Acertada y conmovedora novela que obtuvo un amplio éxito en la rentrée de hace un año de Pirineos arriba, editada por una editorial de culto, y que por acá, en su lograda traducción, debería lograrlo también. Una novela admirable y absorbente, soberbia en su seria sobriedad» (Iñaki Urdanibia, Gara). «Una crudeza sin concesiones, que recuerda al mejor Coetzee» (Luis Matías López, Público). «Magnífica novela» (Raúl Argemí, sigueleyendo.es). «Laurent Mauvignier está entre las mejores plumas de Europa y este relato de la guerra de Argelia puede ser su mejor novela hasta la fecha» (José Antonio Aguado, Diari de Terrassa). «Que Mauvignier se enfrentara al tema de la guerra de Argelia no nacía de una cuestión ideológica sino muy personal, que aproxima a Hombres al ramillete de grandes películas y libros que retratan el regreso a casa de los luchadores en guerras contemporáneas como la de Vietnam. El padre de Mauvignier luchó 28 meses en Argelia, haciendo su servicio militar. Nunca le habló del conflicto. Y cuando el autor tenía 16 años, su padre se suicidó» (Justo Barranco, La Vanguardia). «Un libro que da miedo de verdad, inquieta, estremece y consigue adentrarse en las oscuridades del alma humana» (Jordi Nopca, Time Out Barcelona). «Un texto poderoso y coherente. Una obra que pone al descubierto las flaquezas del ser humano, la cobardía frente a la brutalidad y la sumisión a la injusticia del más fuerte» (José Varela, La Voz de Galicia). «Si pretenden estar al tanto de los narradores que postula la madre Francia, hay que pasar por Laurent Mauvignier, uno de los mejor colocados en el panorama de la actualidad» (La Opinión de Murcia).