Este es
un libro importante que reclama los derechos de la razón y debela
las mentiras de los fundamentalismos viejos y nuevos.
Ciento
cincuenta años después de la publicación de El
origen de las especies,
donde Charles Darwin desarrolla la teoría de la evolución, aún hay
quienes se aferran a mitos de creación como el relato del Génesis o
el "diseño inteligente". Frente a ese infantilismo
acientífico, el profesor Coyne nos ofrece aquí toda la gama de
datos, preguntas y respuestas que cualquier persona culta debería
saber sobre la evolución de las especies. Hallamos, así,
descripciones de fósiles que representan formas intermedias entre
pez y anfibio y que
cumplen una de las grandes predicciones de la
biología evolutiva; entendemos cómo las aves, que evolucionaron
desde los reptiles, desarrollaron la capacidad de volar; cómo las
ballenas, que son mamíferos, conservan vestigios de pelvis y huesos
de las patas como recuerdo de su pasado de cuadrúpedos terrestres,
etc.
¿Cómo se pueden explicar las infinitas imperfecciones
que encontramos en la naturaleza? En nosotros mismos, ¿cómo
explicar desde el creacionismo el rudimento de cola que poseemos, el
apéndice, o el nervio laríngeo "viajero"? No sin Darwin
y, ahora, sin este libro.